Hay una frase tan conocida como chistosa, pero que se usa para ponerse encima del interlocutor arrogándose una autoridad prestada. Ahí va la gracia: “No juzgaréis y no seréis juzgados”. Esta perla aparece en Lucas 6,37 y en Mateo 7,1, es decir, los dos evangelios escritos por el delirante Lucio Lactancio que de moral llegaba…