Caminando por la ribera de un río miras a todas partes, escuchas los sonidos del bosque, hueles los aromas a roble y retama, sientes las piedras en tus pies…
En verdad ¿Qué está sucediendo?¿Eso está sucediendo?
Primero, vamos a olvidar todo eso. Vamos a la esencia.
Estamos recibiendo información por diversas vías. Solo eso.
Solo eso.
A su vez, emitimos información que sirve para que la información entrante cambie, por ejemplo, cuando “caminamos”.
Solo eso.
El resto ya pasa dentro de nuestra mente.
Codificamos ciertos estímulos como determinados colores, otros como ciertas frecuencias, otros como un olor, otros como un dolor en el pie “aquí o allí”.
Usando esos adobes, la mente se dispara y hace todo lo demás. Da formas a esos colores, sonidos a esas frecuencias, aromas a los olores, sentido a la posición.
Una vez codificados, los interpretamos en conjunto. Recreamos un árbol, otro y otro. Unas zarzas que interrumpen el camino, unas flores que cuelgan delante de nuestros ojos, un camino pedregoso e incluso difícil.
Montamos una película en 3D en la que nos creamos como personajes y nos metemos “dentro”. Dentro de… ¿la película?
¿?
Hay que estar muy mal para creerse que la película es real, y peor, que la película ES lo real.
(AVISO: Una vez más, el siguiente mensaje es un juego de mentiras con el fin de probarnos a nosotros mismos.)
¿Partes de la suposición de que si la película es irreal entonces la no-película es real? Una suposición asumida se vuelve fe, y si además obvias que era una suposición entonces se vuelve Verdad. Y de nuevo acabas metido en una película, esta vez sobre un cine que proyecta películas.
¿Y qué has ganado en el proceso? La libertad. Es una trampa buenísima porque no hay mejor preso que aquel que se cree libre, igual que no hay mayor necio que aquel que se cree sabio.
Pero piénsalo detenidamente. ¿Desaparece la Duda porque hemos alcanzado la Verdad? ¿O es la erradicación de la Duda lo que hace Verdad nuestra postura?
Alguien que ya es «libre» no podría procesar siquiera esa pregunta.
Léelo. No parto de nada.
En el siguiente artículo «Capas de Ignorancia» dejas muy claro que partes de ahí.