Existen dos falsas concepciones muy extendidas por las cuales el Buddha era todo amor y paz, y por otra, que cualquier clase de concepción errónea es respetable. Ambas ideas perniciosas se alimentan mutuamente. Puedo pensar lo que quiera, que todo es buddhismo. Puedo pensar lo que quiera, porque el Buddha es todo amor y paz. Puedo pensar lo que quiera que todo es amor y paz. Por tanto, como el Buddha es todo amor y paz, puedo pensar lo que quiera.
No.
No, precisamente.
Hay que entender que la misión que tiene un buddha es luchar contra la ignorancia. El buddha fue prisionero en la guerra contra la ignorancia, que ha recuperado su libertad y no está en disposición de tolerarla ni consentirla.
Una persona corriente que vive dentro de su propia prisión de ignorancia, muy a gusto, no entiende como un arahant puede enojarse de esta forma. ¿No es todo amor y paz y beneficio de los demás?
El único beneficio hacia los demás es extirparles la ignorancia. Con ello, les extirpas el sufrimiento y todo lo malo que ello acarrea. Pero la ignorancia sabe defenderse muy bien, y en los necios logra ser una fortaleza inexpugnable. Y es una pelea en la que el “amor y paz” estorban.
Y, sí. El Buddha se enfadaba y mucho.
En este sutta, el número 38 de la colección de discursos medios, el monje Sāti expone que la conciencia es la misma de un nacimiento al siguiente. Esta opinión, hoy muy extendida, merece la reprobación, el enfado, el insulto, y el escarnio ante todo el Sangha del Buddha.
Echa la bronca y explica. Pero echa la bronca.
La compasión de un Buddha se muestra así, en su lucha contra la ignorancia. En molestarse en regañar a un necio. Nunca en el respeto hacia el necio.
Majjhima Nikaya 38
Mahatanhasankhaya Sutta
Gran discurso sobre la destrucción de la avidez
“¿Qué es esa conciencia Sāti?”
“Venerable señor, es aquello que habla, siente y, aquí o allí, experimenta los buenos o malos resultados de las acciones”.
“Hombre necio, ¿me has escuchado alguna vez predicar así la Enseñanza a alguien? Hombre necio, ¿no he dicho de muchas maneras que la conciencia surge dependientemente y que sin condición no hay surgir de la conciencia? Sin embargo, tú, hombre necio, con tu mala interpretación, nos calumnias, te dañas a ti mismo y generas mucho demérito. Esto te acarreará perjuicio y sufrimiento durante mucho tiempo”.
Entonces el Bienaventurado dijo a los monjes:
“¿Qué os parece, monjes? ¿Ha calado en el monje Sāti, el hijo del pescador, la Enseñanza y la Disciplina?”.
“¿Cómo podría ser, venerable señor? No, venerable señor”.
Dicho esto, el monje Sāti, el hijo del pescador se quedó sentado en silencio, perplejo, con los hombros caídos, cabizbajo, triste y sin palabras. Entonces el Bienaventurado, sabiendo esto, le dijo así:
“Hombre necio, serás conocido por tu propia opinión perniciosa. Ahora preguntaré a los monjes”.
Entonces, el Bienaventurado dijo a los monjes:
“Monjes, ¿entendéis la predicación de la Enseñanza tal y como lo hace el monje Sāti, el hijo del pescador, que, con su mala interpretación, nos calumnia, se daña a sí mismo y genera mucho demérito?”.
“No, venerable señor, el Bienaventurado ha dicho de muchas maneras que la conciencia surge dependientemente y que sin condición no hay surgir de la conciencia”.
“Bien, monjes, bueno es que entendáis así la predicación de la Enseñanza, porque yo he dicho de muchas maneras que la conciencia surge dependientemente y que sin condición no hay surgir de la conciencia.
“Sin embargo el monje Sāti, el hijo del pescador, hombre necio, con su mala interpretación nos calumnia, se daña a sí mismo y genera mucho demérito. Esto le acarreará perjuicio y sufrimiento durante mucho tiempo.
«Hombre necio, ¿me has escuchado alguna vez predicar así la Enseñanza a alguien? Hombre necio, ¿no he dicho de muchas maneras que la conciencia surge dependientemente y que sin condición no hay surgir de la conciencia? Sin embargo, tú, hombre necio, con tu mala interpretación, nos calumnias, te dañas a ti mismo y generas mucho demérito. Esto te acarreará perjuicio y sufrimiento durante mucho tiempo».
Aquí, el Buda legado define la necedad como ir en contra de su enseñanza. Ni más ni menos. La Verdad es tal porque la dice el Buda, y el Buda es tal porque su verdad es La Verdad. Normalmente se consideraría una definición de fe pero cuando la fe es completa ya no hay fe sino Verdad (indiscutible, absoluta). Vemos también que la duda es automáticamente perseguida y condenada, siendo Mara su máximo exponente. ¿No es eso un ejemplo claro de condicionamiento?
Leyéndote, resulta patente que el budismo se contradice a sí mismo en esencia al promulgar la liberación del condicionamiento mediante dinámicas puramente condicionantes. Y esto ocurre independientemente de que la proposición lógica (lo que dice) sea verdad o mentira. La cuestión es que, en caso de ser verdad, se contradeciría a sí misma a través del acto, y de ahí la falla. Nótese además que la palabra más recurrente de los sermones, «correcto», es posiblemente uno de los conceptos más condicionantes (y originados en el condicionamiento) disponibles en nuestro lenguaje.
Parece que el budismo zen se dio cuenta del problema y compaginó la desarticulación de la fe y sus estructuras mentales junto con la transmisión de la enseñanza (más o menos purista) para evitar que el sujeto se convirtiera en algo incapaz de trascenderse a sí mismo. El budismo no habla del bien y del mal sino del condicionamiento y de la liberación, contexto en el que la fe (o su extremo, La Verdad) sí es un factor determinante.
¿Qué harás? ¿Seguirás negando la evidencia del acto, haciéndola aún más evidente? ¿O aceptarás el desafío de la duda? Yo sólo te ofrezco un espejo. Eres libre de mirarte en él o no. ¿O será que tal decisión ya viene condicionada?
Querías contraste 😉
Tu análisis es correcto a partir del texto publicado. Lo que me lleva a recordar que olvidé un punto fundamental en ese texto. Y es la disolución de la duda cuando se entra en la corriente. Desde sotapanna hasta anagami no tienes dudas. No puedes tenerlas. Eso es algo que el Zen, así como el Mahayana ignora.
Ahora bien, en esos estados aún estás inmerso en la ignorancia. Pero en el arahantado ya sin dudas y sin ignorancia, podría parecer que eres un fanático porque no solo no admites ninguna concepción errónea sino que directamente la combates.
Lo que decías. «Correcta» es la clave. Pero solo el arahant entiende esa palabra con toda su profundidad y consecuencias.
Correcto o incorrecto son terminos duales por esencia. Todo es correcto en el mejor de los casos. La lucha contra la ignorancia y el rescate de los seres del Samsara es una tarea absurda, pero que aun asi, debe intentarse.