Hay un detalle, que de detalle no tiene nada, que se pasa por alto sistemáticamente y que resulta vital para poder alcanzar la concentración, que como vemos, es fundamental para el desarrollo mental preciso para la liberación.
Ese detalle es el sitio, dónde meditar, dónde hacerlo.
Y no es cosa menor, es más, es cosa mayor. Si no encuentras el sitio, tu sitio, no vas a poder lograr la concentración.
El lugar debe tener agua corriendo, estar en un lugar agradable sin estar sometido a estrés térmico ni tampoco a la gente. Un lugar aislado, con agua fluyendo, en un bosque, un lugar agradable y cerca de donde puedas habitar.
La orilla de un río o la orilla del mar…
Encontrar el sitio puede resultar bastante penoso, de hecho, el Buddha se recorrió todo el país de Maghada por partes para encontrar ese sitio. De esto nadie habla, pero el trabajo para encontrarlo fue importante. Y esto no es nuevo; y que no quede por veces que aparece en los suttas, que son nada menos que cuatro. Por cierto, en ningún momento se habla del “árbol Bodhi” ni nada semejante, que pertenece al mito, no a la realidad.
Y… ¿En qué parte viene eso de meterse en una sala llena de gente? ¿Cómo se te ocurre que puedes alcanzar estados sublimes de concentración con un tipo gordo rascándose la cabeza a tu lado, y la señora de enfrente roncando?
Es tan impensable, directamente es tan… ridículo.
Colección de Discursos de Mediana Longitud
MN 26. Pāsarāsi Sutta
MN 36. Mahāsaccaka Sutta
MN 85. Bodhirājakumāra Sutta
MN 100. Saṅgārava Sutta
“Me propuse descubrir lo que es hábil, buscando el estado supremo de paz sublime. Viajando paso a paso por las tierras de Magadha, llegué a Senanigama cerca de Uruvelā. Allí vi un parque encantador, una arboleda encantadora con un río que fluía, estaba limpia y era encantadora, con orillas lisas. Y cerca había un pueblo para ir por las limosnas. Entonces se me ocurrió: «Este parque es realmente encantador, una hermosa arboleda con un río que fluye, limpio y encantador, con orillas suaves. Y cerca hay un pueblo para limosnas. Esto es lo suficientemente bueno para una persona respetable que desea hacer un esfuerzo en la meditación. «Así que me senté allí mismo, pensando: ‘Esto es lo suficientemente bueno para la meditación”.
Fig.1. Senānigama
Si vas en serio, deja lo que estás haciendo y ponte a buscar tu sitio. Quizás te suceda que no esté cerca de donde vives, sino en otro continente, en otro océano.
Esto, como dices, es importantísimo. He estado sentado perdiendo el tiempo en todo tipo de lugares y ninguno era el indicado para «meditar», que era a lo que iba. Tal vez pase la vida sin hallar el indicado.
El Buddha se recorrió paso a paso todo el reino de Maghada hasta encontrar su sitio. Cuando lo veas el te lo dirá. Espero que sea cerca de tu casa, el mío está a 9300 kms de la mía…
Jajajaja, te has dado un buen paseo algo lejos de casa.
Yo probé distintas zonas de la playa o mi habitación y nada. Ninguno de estos me desinhibe. Siempre hay ojos, voces o presencias por ahí. Ni hablar de las molestias «internas» del meditador. Si hubiera un extinción humana y las calles estuvieran desoladas…